El Atlético de Madrid se coronó ayer en Europa por segunda vez en su historia de la única forma que sabe hacerlo, sufriendo hasta el final. En un partido que controlaron casi en todo momento, los rojiblancos supieron sacrificarse y, con paciencia, acabaron llevándose el gato al agua.
En la final no vimos un gran fútbol, más bien quedó claro que los dos equipos que este año habían alcanzado el último escalón lo habían hecho más por su esfuerzo que por su juego.
El atlético dominó, pero es evidente que tiene una plantilla mediocre cuyo sustento son dos de los mejores delanteros del mundo: Kun Agüero y Forlán. El argentino se echó el equipo a la espalda. Trajo de cabeza a la defensa inglesa y protagonizó varias jugadas en las que dejó patente su enorme potencia y su gran calidad. No consiguió marcar, pero el balón que ganó sobre la línea a falta de cinco minutos para los penaltis y la asistencia magistral a Diego Forlán valen un título.
Y fue precisamente Forlán el que se llevó la gloria con dos goles que, sumándole los que le hizo al Liverpool en las semifinales, le convirtieron en el MVP del torneo. Es curioso, no hace mucho el Calderón le pitaba, ahora le ha hecho campeones de la Europa Leage.
Un título que hace justicia con este jugador, que dejó el United siendo votado como ¡el peor fichaje de la Premier! Demostró lo que valía en el Villarreal, donde ganó una bota de oro, y por fin se llevará a casa una copa más que merecida.
Es verdad que los dos goles de la final no fueron los mejores de su carrera, pero si algo ha demostrado Forlán desde que llegó a España es su capacidad goleadora, gracias a sus disparos potentes y precisos y a su entrega sobre el campo.
Hay que felicitar al Atlético de Madrid por hacer conseguido ganar esta final, hay que felicitar especialmente a Quique, que ha convertido lo que parecía una comparsa en un equipo campeón, pero sobre todos los demás yo quiero felicitar al U-RU-GUA-YO, porque ha sabido sobreponerse a una temporada difícil en lo personal y con sus goles ha devuelto al Atlético de Madrid la gloria perdida.
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