Después de cinco años consecutivos cayendo en los octavos del final los madridistas esperaban romper por fin la maldición y plantarse en la final. Y no era para menos: 300 millones en fichajes este verano, la final esperando en el Bernabéu y líderes de la liga desde el sábado.
Pero el Madrid volvió a demostrar que es un equipo con dos caras. Su fútbol funciona como una moneda que se tira al aire: cuando sale la cara todo va bien, pero cuando sale cruz no hay nada que hacer. Cuando juega el Madrid puedes ver a un equipo vertical, con velocidad, con una pegada sin igual e incluso, a veces, con buen juego en la medular. Pero cuando sale la cruz se ve a un equipo que por mucho que quiera no puede. Toca lento, pierde balones, no genera peligro y cuando lo genera no acierta. Cuando juega el Madrid nunca sabes a qué Madrid te vas a encontrar.
Hoy todo empezó bien. El Madrid salió a ganar con ganas, con fuerza y con verticalidad y a los 6 minutos apareció el único jugador constante de este equipo, que es Cristiano. Eso hizo pensar que era de verdad el día, que el Madrid iba incluso a golear, porque para eso se ha gastado tanto dinero este año. Pero poco duró el espejismo, porque cuando Higuaín tuvo la ocasión de matar al Lyon después de dejar atras a LLoris, el argentino empezó a mostrar que, una vez más, esta no iba a ser su gran noche europea.
Sólo cinco ocasiones en la primera mitad de un Madrid que necesitaba meter dos goles para pasar y, por supuesto, no encajar ninguno. Pero la segunda mitad de los de Pellegrini fue todavía más gris que la primera. El Madrid acusó la baja de Xabi Alonso al tiempo que Lass volvió a demostrar que el medio campo de este club le queda grande. Granero corrió mucho y participó poco, Kaká volvió a decepcionar e Higuaín no estuvo a la altura.
Ante este panorama, que tampoco se arregló con la entrada de Van der Vaart, el Lyon se dio cuenta de que era su momento para dar un golpe sobre la mesa y Pjanic fue el encargado de hundir al Madrid, que no supo reaccionar y pudo incluso acabar goleado.
El Madrid vuelve a quedar fuera de Europa a las primeras de cambio y Pellegrini volverá a ser cuestionado, aunque el chileno no es más que la víctima de las carencias evidentes de su plantilla.
De nada ha servido la inverión millonaria de Florentino, ni el espíritu de Juanito, ni el Espíritu Santo. Este año ha vuelto a salir cruz, y ya van seis años seguidos.
dimecres, 10 de març del 2010
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Realment això d'avui a mi em sembla un accident, el Madrid ha sigut superior al global del partit. De totes maneres, el Madrid s'hauria de replantejar una mica l'estil de joc. Funcionen a batzegades, molt desordenats però a molta velocitat i això els afoga. Poden aguantar el ritme una part, però dues se'ls fan molt llargues.
ResponEliminaSi els chuts al pal o el que li ha tret en Lloris de l'Higuain a la primera part entren ara estarien classificats i potser per golejada. Tot i que al final el Lyon hauria pogut marcar un parell de gols mes al contraatac.
ResponEliminaNo acabo d'estar d'acord amb que el Madrid fos superior ahir. És cert que durant la primera mitja hora va tenir un parell d'ocasions per rematar el partit i, acostumats a la contundència del Madrid, les recordem molt. Però el global d'ocasions clares tampoc va ser gaire espectacular. Va dominar el Madrid, però amb poques jugades de perill (la d'Higuaín). En canvi, la segona part va ser un bany de joc del Lyon que, sense fer ocasions claríssimes, va evitar que el Madrid toques bola.
ResponEliminaPara mí la clave estuvo en el palo de Higuain. Si llega a meterla el Lyon tendría que haber ido al ataque, no se podría haber cerrado como hizo y seguramente el Madrid habría acabado matando con uno o dos goles más. Pero al final fue lo de siempre, un equipo que se cierra bien y el Madrid no es capaz de tirar ni una sola vez con claridad.
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